Anteriormente les presentamos los diferentes promocionales como el spot de radio y el cartel. Ahora para ustedes el spot de televisión oficial, compartan y digan no a los alimentos y productos transgénicos.
Cuatro países latinoamericanos (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) entran en la lista de los 10 con más Cultivos Genéticamente Modificados, de acuerdo con el Servicio Internacional para la Adquisición de la Agrobiotecnología y sus Aplicaciones (ISAAA, por sus siglas en inglés).
México aún no entra en el ranking, pero su debut podría comenzar con la autorización, por parte del Ejecutivo, de los permisos para la siembra comercial de maíz y algodón transgénico que han sido solicitados por las empresas de la agrobiotecnología.
Por segundo año consecutivo, Monsanto y otras empresas han insistido en la autorización, por parte del gobierno mexicano, de la siembra comercial de cultivos genéticamente modificados.
El repudio social a la introducción de estas semillas se plasmó en la marcha más grande de lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto en la que se exclamó un sentido: ¡No a los transgénicos!
Los antecedentes de la autorización de la siembra de Monsanto en México se remontan a 2009. Ese año, el presidente Felipe Calderón se reunió con Hugh Grant, la cabeza empresarial de Monsanto , y a su regreso desmanteló los únicos dos candados de la Ley de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) que habían aislado a México de los cultivos transgénicos.
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Un transgénico (organismo genéticamente modificado u OGM) es un ser vivo creado artificialmente con una técnica que permite insertar a una planta o a un animal genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso de humanos.
Por ejemplo, los biotecnólogos pueden tomar el gen de una bacteria e insertarla en el maíz, creando un organismo vivo completamente nuevo, esto con el fin de producir una sustancia insecticida; o, bien, insertarle un gen para darle resistencia a herbicidas.
Esta técnica permite a los biotecnólogos saltarse la selección natural al intercambiar genes entre especies e incluso reinos que naturalmente no podrían cruzarse.
El objetivo de la biotecnología aplicada a la agricultura es controlar la producción de alimentos, a fin de lograr mayores ganancias para empresas como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience, que al desarrollar estos organismos tratan de controlar los granos básicos que alimentan a la humanidad como maíz, soya, canola, algodón, sorgo, arroz y trigo.
Otros riesgos de los transgénicos
Sin embargo, los problemas de salud no son los únicos asociados al uso de transgénicos.
Estos seres vivos nuevos también representan una amenaza para la biodiversidad, generan nuevos problemas a los campesinos que producen nuestros alimentos y lejos de contribuir a lidiar con un escenario de cambio climático, lo agravarán, pues implican un uso desmedido de agrotóxicos, una disminución en la diversidad de semillas y en realidad no están diseñados para enfrentar este desafío.
Los transgénicos y la salud
Nadie nos garantiza que el consumo de alimentos transgénicos sea seguro para la salud de los consumidores en el mediano y largo plazos.
Por el contrario, diversos estudios de laboratorio muestran claramente que el consumo de transgénicos presenta serios riesgos para la salud humana: nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos, disminución en la capacidad de fertilidad (en mamíferos alimentados con OGM), contaminación de alimentos, problemas en órganos internos, entre otros.
Las empresas de transgénicos se han negado a hacer pública información vital que demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos transgénicos.
Distintos científicos han revelado que Monsanto omitió reportar efectos negativos serios en salud, como los signos de toxicidad en órganos internos de las ratas.
Vean este breve video donde pueden imaginarse qué terrible es Monsanto:
Como parte importante de la campaña Por un país libre de transgénicos es fundamental dar a conocer la siguiente información. Encontrarás de qué manera comer sano, sólo ingiriendo comida orgánica. Deja de consumir alimentos transgénicos que dañan tu salud, además de los problemas coolaterales como pérdida de empleos en el país y el daño al medio ambiente. Identifica los productos que contienen transgénicos y sustitúyelos.
Para saber qué puede haber en tu comida, es preciso leer las etiquetas de los alimentos industrializados. Si los productos contienen alguno de los siguientes ingredientes, es altamente probable que contengan transgénicos:
Soya: en forma de harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se "esconden" detrás del concepto de aceites o grasas vegetales), emulgentes (lecitina-E322), mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471) y ácidos grasos. La mayor parte de la soya que se encuentra en el mercado (excepto la certificada como orgánica) es transgénica.
Maíz: en forma de harina, almidón, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150). Estos insumos están hechos con variedades de maíz amarillo, procedentes de EUA, donde los cultivos de maíz son transgénicos o se han contaminado con transgenes.
Algodón: en forma de aceite proveniente de semillas.
Canola: en forma de aceite.
Estos ingredientes o sus derivados son usados en dos de cada tres productos a la venta en los supermercados, tales como panes, alimentos infantiles, cervezas, dulces, caramelos, chicles, refrescos, embutidos, botanas, bebidas, leche en polvo, chocolate en polvo, confitería, margarinas, alimentos preparados, jugos, mermeladas y alimentos para animales, entre muchos otros.
Es importante aclarar que no todos los productos que usan estos ingredientes son transgénicos, por lo que es importante distinguir entre las compañías que tienen una política clara para NO usar estos ingredientes transgénicos y las compañías que no están dispuestas a brindar información sobre su uso o comprometerse a NO usarlos; para lo cual la Guía de transgénicos y consumo responsable de Greenpeace es una útil herramienta.
Tienes que mirar este video, te será de mucha ayuda para que hagas un balance de lo que comes y preguntarte si deseas seguir haciéndolo.
Cómo consumir alimentos sanos
La forma más segura para evitar el consumo de transgénicos es ir directamente al mercado y comprar alimentos frescos, naturales, preferentemente de temporada. Si estos productos son directamente del productor, ¡mucho mejor!
Y aquí te damos varios tips adicionales para leer etiquetas
Los ingredientes están enlistados en orden según la cantidad, es decir, el que aparece primero es el de más peso y así sucesivamente. Esto es muy importante porque muestra realmente lo que estamos comprando.
Prefiere los alimentos con menor cantidad de ingredientes. La mayoría de los ingredientes que se le agregan a los alimentos industrializados son aditivos, colorantes y conservadores que no aportan nada a la alimentación humana, pero que son ampliamente utilizados por la industria para lograr que los productos se mantengan suaves, esponjados, con olor, color y sabor que los haga parecer como “recién hechos”, aunque tengan varios días, semanas o hasta meses en los anaqueles.
Que no te venda cuentos la publicidad. La mayoría de las grandes industrias fabricantes de alimentos ofrecen productos que califican de “naturales, light, diet o integrales” pero no hay nadie que vigile qué significa esto y cómo se hace.
Revisa la fecha de caducidad de los productos y evita comprar productos que no te den esta información. No todo lo que está en anaqueles es óptimo. Revisa sobre todo la caducidad de los alimentos en oferta, pues muchas veces están cerca de su fecha de vencimiento.
Prefiere alimentos frescos, pues no emplean aditivos ni conservadores. Tu cuerpo no necesita esos químicos.
Te dejamos una guía realizada por la organización internaional Green Peace muy útil que puedes descargar e imprimir para que la tengas en cuenta y pases la voz. Por ú´ltimo no olvides pasar a visitar nuestro facebook.
Ahora les dejamos el cartel oficial de la campaña "Por un pais libre de transgénicos", destinado a llevar el mensaje de manera directa y clara. Deja de comprar esos productos y busca la manera de sustituirlos, tu salud tendrá mejor calidad al igual que tu vida.
¡Dicho concretamente, deja de comer veneno!
Los
consumidores somos la base de la economía. Nuestros patrones de consumo
determinan la forma en que opera el sistema comercial. Los cambios en nuestros
hábitos de consumo obligan a las empresas a reconfigurar su oferta, de ahí que
las empresas que ofrecen alimentos con potenciales riesgos para la salud, como
los transgénicos, se rehúsen a informarnos por temor a perder su lugar en el
mercado y sus ganancias.
Nuestro
dinero es una gran herramienta para el cambio: cada peso que gastamos promueve
o rechaza la forma en que se hacen negocios, los productos que se ofrecen, la
manera en la que se trata a los trabajadores del campo, la calidad de lo que
está a nuestro alcance.
Movilízate o después será más dificil
De
ahí que para darle mayor valor a nuestro dinero sea necesario saber. Saber qué
hay en nuestros alimentos (y en todos los productos que adquirimos) nos permite
no sólo alimentarnos mejor, sino también promover esquemas justos de comercio,
apoyar al campo mexicano, rechazar los alimentos inseguros, sólo por poner
algunos ejemplos.
Corporaciones
agroquímicas transnacionales como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow
Agroscience tratan de controlar la agricultura del mundo, y en particular al
maíz, y a través de la promoción de variedades de semillas transgénicas.´
Actúa y sé parte de la campaña visitando el sitio, la red social y difundiendo que es lo primordial.
El por qué usted no de debe consumir alimentos transgénicos:
1-Supone le incremento del uso de tóxicos en la agricultura (contaminación genética).
2-Perdida de biodiversidad.
3-Efectos sanitarios, nuevas alergias perdida de eficacia de ciertos medicamentos.
4-Ineficacia contra la nutrición.
5-Los cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible, pues se crean nuevos tóxicos, y se toman nuevas medidas para contrarrestar el daño de las anteriores.
Finalmente, la INDUSTRIA DE LOS LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS, utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que deberían destinarse a proteger las verdaderas soluciones a los problemas agrarios y alimentarios del mundo.
Así que ya lo saben, si no desean enfermarse, revisen bien antes de comprar y comprar los alimentos y diversos productos de la canasta básica.
Te has preguntado cuántos de los alimentos y productos que consumes contienen Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o más conocidos como transgénicos. Ante la falta de información al respecto, te presentamos la campaña Por un país libre de trangénicos.
Conoce más sobre esta campaña y deja de comprar transgénicos, por el bien de tu familia y del país.
Concientizar a la gente llamándola a evitar los transgénicos para la no proliferación de padecimientos dañinos previniendo enfermedades derivadas de su consumo.
Descripción:
La presente campaña se erige en virtud de generar una respuesta a la problemática que representan los productos transgénicos comercializados y distribuidos a lo largo de nuestro país.
Debido a la falta de control y acción de las instituciones gubernamentales pertinentes, resulta vital informar a la gente de los riesgos en la salud que implican su consumo.
Se hace el exhorto a pasar la voz y dejar de comprar dichos productos.
Información general:
Es emitida por una comitiva de estudiantes de comunicación y periodismo de la Facultad de Estudio Superiores Aragón, de la UNAM, comprometidos con el compromiso social de su profesión, lo que hace imprescindible atender el problema de salud pública y brindar a la población la información necesaria para su pronta reflexión. Te dejamos un video para que lo analices y compartas, al igual que la invitación a visitar a página con regularidad y pasa la voz difundiendo esta información.